
El techo de cristal es una barrera invisible que encuentran las mujeres para crecer profesionalmente y acceder a puestos de mayor responsabilidad. Es como un límite, un techo que separa lo que hay más allá. Pero es de «cristal», porque no lo ves. La manera de acceder es rompiéndolo.
La metáfora del techo y las paredes de cristal visibiliza las menores posibilidades de las mujeres para acceder a cargos de jerarquía en las empresas, inclusive al ámbito público, a las instituciones académicas, a la política, al espacio de la cultura, a la economía y a la construcción de ideología.
¿Qué sostiene estas limitaciones?
Los roles y estereotipos de género. Por ejemplo, si ven en una mujer actitudes de liderazgo, probablemente digan que es una mandona.
El “piso pegajoso” alude a los factores que hacen que ni siquiera se pueda despegar para acceder al techo. En Argentina, las mujeres poseen tres meses de licencia luego del nacimiento de unx hijx, mientras que los varones sólo dos días. Significa que muchas mujeres se ven limitadas en su crecimiento profesional por el hecho de ser madres. Además, la reducida licencia por paternidad muestra la inequidad que existe en el cuidado de lxs hijxs.
La discriminación que sufren miles de mujeres en todo el mundo por su condición de género, lejos de ser un hecho histórico, que poco a poco ha ido cambiando por su incorporación al sistema educativo y al mercado laboral, sigue siendo un tema muy presente. De acuerdo con las conclusiones de un informe realizado por Comisiones Obreras, las mujeres deben trabajar 109 días más para ganar lo mismo que un hombre. También, la falta de visibilidad femenina es un problema que provoca serios prejuicios sobre las capacidades de las mujeres para acceder a puestos de responsabilidad o recibir reconocimientos por su trabajo.
El discurso meritocrático parte de una falsa idea de que las mujeres no están preparadas. Muchas poseen más títulos y más estudios que sus jefes, quienes, tal vez, ni siquiera hicieron una carrera universitaria.
Analizar las barreras invisibles que, en forma de techo de cristal, discriminan a las mujeres, es fundamental. Como también lo es impulsar medidas proactivas que garanticen la igualdad sin que exista ningún tipo de discriminación por género o por cualquier otra cuestión.
El techo de cristal no se rompe solo, para ello es necesaria la lucha colectiva. Al lograrlo, no sólo se favorece el acceso a más derechos a una mujer y su entorno, sino a todo el conjunto.
¿Cómo se puede romper este techo invisible? ¿Qué caminos posibles creen que existen?
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